El Amour de Haneke

Por fin llega a España ‘Amour’ de Michael Haneke. Aunque algunos privilegiados ya pudimos disfrutar del estilo sobrio y desgarrador del realizador austríaco en el pasado Festival de Cine Europeo de Sevilla. Aclamada por público y crítica, triunfadora en Cannes y en los premios EFA, donde arrasó ganando los galardones a mejor película, director, actor y actriz principal, está destinada a alzarse con el Oscar a la mejor película extranjera el próximo 24 de febrero.

Amor. Drama, Austria-Alemania-Francia, 2012, 127 min. Dirección y guión: Michael Haneke. Intérpretes: Jean-Louis Trintignant, Emmanuelle Riva, Isabelle Huppert, William Shimell, Rita Blanco, Laurent Capelluto.
Valoración: 8/10

‘Amor’ muestra lo patético del envejecimiento y las deficientes conductas humanas ante la cruda realidad, sólo asumible con armas tan mortíferas como el amor o el humor. Anne (Emmanuelle Riva) y Georges (Jean-Louis Trintignant) son una octogenaria pareja de músicos retirados que viven en París de manera cómoda hasta que una incapacitante enfermedad altera el orden de las cosas. Un reparto escueto pero excelente que se complementa con la interpretación de Isabelle Huppert (Eva) en el papel de hija del matrimonio, de nuevo criada cerca de un piano y con problemas en su vida sentimental pero sin las patologías de ‘La Pianista’ (2001).

Con el ritmo habitual en las cintas de Haneke, el realizador austríaco encuentra en una pareja de ancianos a los sujetos ideales para imponer su tempo. De movimientos pausados, sin prisas y dejando notar cada instante de vida, la relación entre Georges y Anne es el vehículo perfecto para pulsar los límites del amor.

Sobrio, simple y lejos de lo superfluo. Haneke en estado puro. Por momentos conmovedor y a veces tierno pero sin ser ese su objetivo, el galardonado director expone una historia sencilla y real rodada en un único escenario, el piso donde residen los ancianos, con la fuerza de sus usuales planos fijos y la ausencia de música como elementos narrativos que dotan a cada fotograma de una presencia rotunda.

Se ofrecen viajes al pasado mediante las melodías del piano del salón o a través de viejas fotos, o evocaciones fruto de los miedos y el agotamiento. En cualquier caso, deslizamientos en el tiempo o el espacio sin necesidad de estridencias audiovisuales, basta con la grandilocuente naturalidad del lenguaje fílmico hanekiano. Un grifo del que sale agua en abundancia o la parsimonia en la preparación de unas flores son suficientes para hacernos entender que sucede algo por encima de la norma.

En ‘Amor’ aparecen los mimbres de otros títulos del director austríaco aunque con distinto enfoque. La crueldad, la exclusión, la educación o la obsesión toman parte también en esta historia pero bajo el prisma de la unión amorosa entre dos personas que vivirán su existencia exprimiendo las capacidades del amor hasta sus últimas consecuencias. Para algunos una historia tierna y conmovedora, para otros una película desgarradora. Haneke solo quiere exponer su concepto sobre el amor, y lo consigue.

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